informacion expo ceramicas zooantropomorfas

Las formas del medio natural están en constante transformación. Esto significará que cambian de contorno, extensión, apariencia, también de significado.Las gredas de Rosmarie hacen lo mismo, en constante adecuación a una renovada morfología, sujeta a definir, asumir un significado determinado. Observar el proceso genético de estas cerámicas, es un acontecimiento singular. Su autora comienza a aglomerar, conformar, transformar la masa informe de la greda original en volumen. Esta fase primera y aleatoria en alto grado, pues la masa manejada como unidad accesible, adquiere en propiedad un volumen determinado, orientado en una dirección, fijada por la materia en su aparente docilidad moldeable. Luego, por vías sutiles cuya energía tendrá intenciones heterodoxas, se van plegando y replegando las disposiciones de esta nueva entidad formal, de cuyas aglomeraciones se desprenderán algunas partes de posible significación. Podríamos decir que la greda se tensiona, levanta, acuesta horizontalizando, o en efecto, se diagonaliza. Se cubre, además de incisuras, filamentos, esgrafiados que constituyen su particular textura. En relación a una dinámica interior que aparece en su calidad de motor impulsante, la greda se constituye en figura, en principio configurado. El producto se adscribe al reino animal, vegetal y antropomorfo. A menudo se proyectan las cualidades formales en varias direcciones en cuanto a su atingencia a reino reconocible, mostrando las piezas cierto hibridismo categórico. Aparecen seres humanos con alas incipientes; ángeles por lo demás; pájaros con trompas mamíferas, reptiles con apariencia de cuadrúpedos. Recalquemos una vez más: la síntesis volumétrica de su configuración, los extensos pasajes internos de sus partes constitutivas, aseguran la inflexible coherencia visual de su forma exterior. Su proceso genético se agrupa en ciclos interdependientes, pudiendo ser consideradas las piezas individuales como eslabones de una cadena sin fin. La vitalidad creativa de su autora parece no tener límites y concretar una y otra vez sus impulsos en figuraciones concretas. Los ciclos pueden nominarse y ser convertidos en motivo de nuevas muestras: tótems, blasones, rondas, en absoluto infantiles, aglomeraciones, mandalas, presencias.

Eduardo Meissner Grebe

Académico Correspondiente Del Instituto de Chile, Santiago

Septiembre 2006